Creyentes de la Resocialización

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CREYENTES DE LA RESOCIALIZACIÓN

El 12 de febrero, diez mil trabajadores penitenciarios celebran su día con el ánimo al máximo. La sociedad comienza a reconocer su servicio y apuesta  por la recuperación de las personas privadas de libertad. Tres profesionales de las prisiones nos cuentan las luchas y esperanzas de su quehacer diario.

SACAR LO MEJOR DE ELLOS: TRATAMIENTO

Elizabeth Fanola Rios es psicóloga, madre y desde hace 9 años coordinadora del programa Construyendo Rutas de Esperanzas y Oportunidades (CREO) que el Inpe impulsa para recobrar las vidas de jóvenes de 18 a 24 años, brindándoles las herramientas educativas y laborales para alejarlos del delito.

 “Soy una trabajadora penitenciaria desde hace 20 años. La gente se equivoca si piensa que nosotros solo sabemos abrir y cerrar rejas. Ignora que el Inpe trabaja con programas estructurados como CREO a cargo de profesionales que realmente tienen vocación de servicio. Nuestra labor es difícil pues nos relacionamos con personas estigmatizadas por la sociedad”, manifiesta la profesional.

Ella cuenta que tiene muchas experiencias felices con sus muchachos. “Hace 10 días salió en libertad César Oliva quien participó mucho en CREO. Los jueces le negaron tres veces beneficios penitenciarios, pese a su buena conducta. Ello lo frustró y un día me dijo psicóloga yo me he esforzado ¿no merezco una oportunidad? Felizmente, le ayudamos  a superar esta situación, aprendió a cortar cabello en el penal y hoy con entusiasmo me dijo que abrirá una barbería con su hermana en Argentina. Actualmente, participa en el taller de teatro de la universidad Católica. Él ya logró reinsertarse en la sociedad.”, concluye con satisfacción la psicóloga.

BUEN OJO EN REVISIONES: SEGURIDAD

Con más de 15 intervenciones exitosas, la agente de seguridad Doris Guerrero Dávila logró neutralizar el ingreso de sustancias y artículos prohibidos a las visitas que intentaron vulnerar los estrictos controles en el penal. En acto público, el mismo presidente del Inpe Carlos Vásquez la premió por su alta performance ya que logró incautar hasta 8 kilos de droga.

“Me gusta hacer bien mi trabajo y lo hago con empeño. Sé que estoy siendo ejemplo para mis compañeros. El uniforme que nos ponemos es bonito, pero uno lo hace elegante con su trabajo”, comparte la especialista en seguridad.

Aunque ha sido corto el tiempo en su institución, sin embargo Doris ha sabido cosechar éxitos gracias a los sabios consejos de otra compañera, una penitenciaria con 30 años de experiencia: la señora Ana Rebaza.

“A ella le expresé mis temores, pues luego de año y medio de servicio aun no lograba incautar nada. Tenía miedo de las evaluaciones. Sin embargo, la señora Ana me dio ánimo, me dijo que era cuestión de tener paciencia y hacer bien las cosas. A los pocos días conseguí mi objetivo, logré confianza y desde allí comenzó mi buen desempeño”, indica con emoción la servidora en seguridad.

Doris manifiesta que está orgullosa de pertenecer al Instituto Nacional Penitenciario y desea que todos sean un solo puñopara mejorarla. Pronto viajará a los Estados Unidos para ejecutar un traslado internacional y agradece a su institución por bridarle esta oportunidad. “Lo que se siembra se cosecha”,  concluye la eficiente mujer.

CAMBIANDO DESDE LOS EXTRAMUROS: MEDIO LIBRE

Luego de trabajar 9 años con presos de los penales Callao, Huacho y Lurigancho, la visión del psicólogo Humberto Meza Chacón se agudizó. Hoy es un especialista en Tratamiento Extramuros y ha participado en la creación e implementación de programas exitosos tales como FOCOS, CAPAS, RETO y NO MÁS PROBLEMAS que están cambiando las vidas de gente fuera de las cárceles.

“Estoy en el Inpe casi 18 años. Las personas con quienes trabajamos no son internos, o sea que no están presas, son sentenciados en libertad, por ello esta población tiene características distintas”, manifiesta Meza.

Ser trabajador penitenciario fue un giro en su caminar y confiesa que antes de ingresar al Inpe estudió 5 años como sacerdote en la congregación religiosa del padre Hubert Lanssiers, pero no lo terminó.

“Esos años viví con gente pobre, niños discapacitados, en pueblos jóvenes y por ello desarrollé un compromiso social que luego lo trasladé a  los internos”, acotó.

Hoy el profesional penitenciario está en el Medio Libre y siente que su accionar es más satisfactorio que dentro de un penal.

“Nosotros prestamos apoyo a gente que ya la está haciendo bien, personas que desean cambiar en serio pero que no encuentran ayuda o comprensión para lograr el cambio”, indica el profesional.

Estas son visiones de gente que le ha tocado entretejer sus vidas con personas que transgredieron la ley y hoy pagan sus consecuencias. Lo destacable es que son peruanos que apostaron por un tipo especial de servicio, uno con sus dificultades y riesgos. Ellos nos enseñan que el cambio de vida es posible y que su trabajo debe ser valorado por todos.   

Ver fotos aquí: CREYENTES DE LA RESOCIALIZACIÓN

 

Visto 2135 veces

 

                                         

Menú