NOTA DE PRENSA N° 405-2018-INPE
Con homenajes al Cristo Moreno
INPE PRESENTÓ TURRONES “SAN MIGUELITO” A LA VENTA EN TIENDA DEL CENTRO DE LIMA
Las celebraciones por el mes del Señor de los Milagros ha puesto en movimiento al penal Miguel Castro Castro, lugar donde 16 internos producen ricos turrones que cuentan con registro sanitario y están a la venta en una tienda del Instituto Nacional Penitenciario (INPE), ubicada en el centro de Lima.
El presidente del INPE, Carlos Romero Rivera, presentó los dos tipos de turrón que se elaboran en el taller de panadería. El primero, con sabor “Tradicional” a solo 10 soles el kilo, y el segundo, multigranos y frutado conocido como “Andino” a 13 soles.
Este año, los reclusos proyectaron su producción a 1,500 unidades, para superar los mil kilos que lograron colocar en el mercado el 2017.
Con su lema “Turrones San Miguel: quedarás preso del sabor” y “No probarlo es un delito”, el taller es una muestra de lo que el trabajo y la educación pueden hacer en el tema de la resocialización de los presos y cuenta con el aval de las autoridades del INPE.
La institución penitenciaria ha puesto mucho énfasis en su canal de distribución de la tienda “PASHI” que significa “Gracias”, ubicada en el jirón Lampa 450, Centro de Lima. Los interesados también pueden llamar al teléfono 01-2819117, de lunes a sábado de 9:00 - 18:00 horas.
Los ingresos de las ventas van directamente a los internos y mediante ellos sustentan la economía familiar.
Procesión
Autoridades e internos participaron de las actividades por el mes morado y celebraron una misa oficiada por monseñor Norberto Strottmann, obispo de la diócesis de Chosica, ante más de 200 reclusos.
Con cirios, sahumerios, cantos y peticiones, la población se unió a los miles de fieles que hoy pasean en andas la imagen del Cristo de Pachacamilla por el centro de Lima. Ellos también cargan en hombros la imagen portátil por los 12 pabellones que componen el recinto.
En el pabellón 3A de régimen cerrado, unos 25 internos escenificaron la historia de esta tradición católica iniciada en 1,746 por esclavos que dieron culto al Cristo Morado, cuya imagen fue pintada en un galpón y que soportó un fuerte terremoto que destruyó gran parte de Lima.
Según los profesionales penitenciarios, este tipo de actividades refuerza las tareas de tratamiento desarrollados por el INPE, como son las de psicología y trabajo social, pues la fe que vive la comunidad de creyentes les permite enfrentar sus condenas con fe y esperanza de un futuro mejor, alejados del delito.
Lima, 18 de octubre de 2018