Agentes de seguridad rescatan perro que se ahogaba en pozo de oxidación del EP Ancón II

NOTA DE PRENSA N°159-2019-INPE

Agentes de seguridad rescatan perro que se ahogaba en pozo de oxidación del EP Ancón II

El jefe de seguridad externa del penal Ancón II rescató a un perro que cayó a un pozo de oxidación y que estuvo próximo a morir luego de luchar toda la noche por sobrevivir.

Gerardo Ayala Huamaní (47), jefe del grupo N° 2 y con 19 años de servicio en el Instituto Nacional Penitenciario (Inpe) fue avisado por radio por otro compañero ubicado en el torreón N°5 que desde su punto de ubicación se escuchaba el lamento de un can a unos 200 metros de distancia, lugar donde se empozan aguas servidas provenientes del desagüe del penal.

Eran las 6:30 horas, cuando el agente penitenciario salió con un grupo de compañeros para rescatar a pobre animalito.

“Al momento que lo ubicamos solo pudimos ver su nariz y hocico, y parecía que ya se entregaba a la muerte. Pero al vernos parece que cobró fuerzas y siguió luchando por su vida”, manifestó el jefe de seguridad al mando de 20 agentes.

El animal volvió a nadar pero quedó rodeado del agua y los deshechos. Gerardo Ayala no lo pensó más y ya se metía al pozo cuando un compañero le alcanzó una soga con la cual luego de tres intentos logró sujetar al perro y así le salvó la vida.

Los efectivos lo rodearon y le prodigaron las atenciones debidas. Le dieron agua, lo limpiaron y acariciaron dándole ánimo. Posteriormente, el sobreviviente fue trasladado al interior del recinto penal para lavarlo y darle alimento.

El director del penal, Marco Chuqui Cusimayta, felicitó a Gerardo Ayala pues con la acción de rescate demostró sensibilidad ante las mascotas, además de un buen coordinado trabajo en equipo.

La labor de seguridad en el penal Ancón II no es sencilla. A diario son tres los equipos conformados por 20 hombres los que asumen esta responsabilidad. Ellos velan las 24 horas para que no hallan fugas o ingresen extraños al recinto penal.

Según Ayala Huamaní, su acercamiento a los perros y el cariño que les tiene es porque en su experiencia como agente de seguridad ha comprobado que los perros son muy buenos compañeros que suman al momento de realizar las extensas rondas nocturnas.

“Cuando estuve en el penal del Callao tuvimos a un perro que lo adoptamos y que para nuestra sorpresa luego nos ayudó y frustró la fuga de tres internos”, reveló el jefe de seguridad.

El penal Ancón II tiene una extensión similar al área del Estadio Nacional y en su alrededor se ubican 12 torreones, desde los cuales se contempla el penal.

Los celadores deben realizar extensos recorridos y cruzar información con los agentes de los torreones, verificando que todo esté en orden.

La sociedad exige un buen servicio de vigilancia y el equipo se esfuerza por estar atento y bien preparado para cualquier tipo de contingencia.

Lima, 31 de marzo de 2019

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