CON CIVISMO, PRODUCTIVIDAD Y CULTURA INICIA SU GESTIÓN PENITENCIARIA

NOTA DE PRENSA Nº 040-2017-INPE

Director del EP Miguel Castro Castro, Elmer Pérez Vásquez

CON CIVISMO, PRODUCTIVIDAD Y CULTURA INICIA SU GESTIÓN PENITENCIARIA 

Tiene cuatro meses gestionando un penal de 4,632 internos y su fórmula la ha plasmado en cuatro pilares: civismo, disciplina, productividad y cultura. Ellos sostendrán el trabajo que viene desarrollando el nuevo director del penal Miguel Castro Castro, junto a su equipo profesional a fin de volver útiles a la sociedad a la población que hoy puebla los 12 pabellones.

El desafío no es fácil para el director Elmer Pérez Vásquez, pues el mismo calor que hoy soporta la capital le juega en contra. Pero no se amilana y el funcionario pone de relieve su experiencia de 16 años de servicio, sobre todo la vez que fue director del penal de Chota en Cajamarca.

Según indicó, es el diálogo franco, el escuchar a todos por igual, sin preferencias de por medio, lo que le ha dado buenos resultados al interactuar con la población penal.

“El interno se da cuenta cuando alguien le dice la verdad, sabe que no se le engaña ante su problemática. Yo les digo cuándo puedo o no puedo hacer algo por ellos, y eso lo valoran mucho”, cuenta el nuevo director del recinto.

Con su metro y 85 cm de estatura, Elmer Pérez demuestra ser un hombre pausado, atento, pero firme cuando de disciplina se trata. “Una disposición se cumple sí o sí. Los internos saben claramente desde el inicio de mi gestión que son mis colaboradores, pues el único que delega órdenes soy yo”, enfatizó la máxima autoridad en Castro Castro.

Amor a la patria. Por esta razón, el director estableció que todos los lunes, muy temprano, los 12 pabellones rindan honores a la bandera, a la patria, a ese mundo que hoy no pueden ver por efecto de sus delitos. Son esos “Lunes Cívicos” los que les enseñarán amar a la tierra que los vio nacer y a no traicionarla nuevamente.

Cree que su penal tiene grandes posibilidades en el tema de la educación y el trabajo. Desde ya apuesta por la panadería San Miguelito y los talleres de artesanía para los cuales tiene planes a corto y mediano plazo.

Espíritu que lleva al cambio. Como buen hijo de la sierra, Elmer Pérez conoce el espíritu del hombre andino. Mientras recorría uno de los pabellones se detuvo para escuchar las melodías de un arpa cuyas cuerdas eran acariciadas por un interno cusqueño.

En una de las mesas, los ceramistas tenían una muestra de sus trabajos inspirados en las fiestas costumbristas en la cual la presencia del toro y el cóndor eran sugestivas.

Otro interno aprovechó la oportunidad para mostrar al director sus artículos hechos en cacho y hueso. Un gallo de pelea atrajo la mirada de Elmer Pérez, entonces se dio cuenta que el taller de cornoplastía debe ser impulsado con más incentivos. Hoy son más de 6 internos quienes se rehabilitan como maestros del arte.

Durante todo el día, el director no dejó su radio, ni de impartir disposiciones y absolver dudas. Su serenidad y buen ejemplo son percibidos por su gente como los activos que todos saben valorar en el tema de seguridad en el recinto.

Lima, 20 de marzo de 2017

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