Humberto Meza Chacón : un creyente de la resocialización

 

HUMBERTO MEZA CHACÓN: UN CREYENTE DE LA RESOCIALIZACIÓN                                

Humberto Meza Chacón, 50 años de edad, padre de familia, 3 hijos, servidor del Estado vinculado al ámbito penitenciario desde hace 20 años, un creyente de la resocialización, camino que ha ido descubriendo durante ese tiempo de servicio.

Su vida ha implicado algunos sacrificios en el ámbito familiar, mucho esfuerzo de mantenerse actualizado y dedicación a las personas que están dentro del sistema penitenciario, para lograr su reinserción, rehabilitación y reeducación.

Son 20 años de querer aportar a la institución, es decir construir un INPE que responda a las necesidades del país, principalmente en la prevención de la delincuencia. Está abocado no solo a reinsertar a los internos, sino madurar el desarrollo de estrategias que no permitan estos riesgos de reincidencia. En conclusión Humberto Meza Chacón, es un verdadero creyente del trabajo alternativo a las penas privativas.

Antes de ser psicólogo, tuvo una formación sacerdotal y trabajó con población vulnerable en extrema pobreza y que le ayudo un poco a conciliar con esa labor, porque de alguna manera los presos están en la condición de vulnerabilidad que ha generado que se orienten a lo delictivo.

En julio de 1999, ingreso como integrante de la quinta promoción de especialistas en tratamiento en inconductas sociales, que más tarde se convertirían en los agentes de seguridad. Su labor como seguridad transcurriría en el Penal de Callao y de Huacho, donde luego pasó al área de tratamiento como psicólogo.

Recuerda que en ese lugar inició la aplicación de economías de fichas, con el fin de moldear las conductas de los internos para hacerlos ordenados, aseados y puntuales en sus cosas. Se organizaron gymkanas dentro de los pabellones, se practicaba básquet y voleibol como estrategia para bajar la ansiedad y el estrés. “Son experiencias bastante interesantes, gente que descubre su humanidad a través del juego, grandes delincuentes en la calle y en el interior juegan y ríen como niños”, manifiesta.

Explica, que hizo un poco de alboroto en ese penal, con el desarrollo de talleres individuales y grupales, alianzas con CETPRO, la habilitación de ambientes que estaban como almacenes. “Un verdadero trabajo proactivo”, indica.

En el 2007,  se incorporó al Penal de Lurigancho para implementar un nuevo proyecto conocido en ese tiempo como pabellón 16 o PTR 3 (reinsertar, rehabilitar y reeducar) y que actualmente lleva el nombre de CREO (Programa de intervención construyendo rutas de esperanzas y oportunidades).

En el 2009 se incorporó a la Dirección de Medio Libre, donde continuó con otros programas como FOCOS , RETO, CAPAS y No mas Problemas que buscan consolidar las competencias necesarias para que los sentenciados que han logrado su libertad o han sido sentenciados en libertad se mantengan de la mejor manera en convivencia con la sociedad.

En los últimos dos años, se encuentra abocado junto a un equipo de especialistas en el desarrollo de estrategias para gestionar los riesgos de reincidencias como un modelo que se usa en otros países y se quiere implantar en el Perú como es el modelo NRN (Gestión de riesgo de reincidencia delictiva).

Actualmente lleva cinco años trabajando en la Oficina Regional Lima, como especialista en tratamiento extramuros, monitoreando programas orientados a fortalecer la competencia con los programas “CAPAS”, “FOCOS”, “RETO”, los talleres multidisciplinarios, el sistema de evaluación inicial, evaluación de riesgo de sentenciados para poder gestionar y evitar la reincidencia.

Considera, que el mayor logro conseguido, es haber dado a la institución programas que ahora tienen relevancia nacional, como MEDIO LIBRE, esfuerzo que se encamina a promover la reeducación de la población mediante talleres individuales, grupales, familiares y laborales, diseñados para mejorar sus competencias sociales, a fin de no caer nuevamente en el delito o la falta.

Humberto Meza Chacón, señala que las posibilidades de cambio en un interno están en la función de las ofertas que la institución pueda brindar. Explica que una oferta muy interesante que ha abierto mucho espacio de oportunidades son las cárceles productivas, un programa que tiene dos años en la institución, que ha roto la dinámica pasiva de los talleres y de las actividades dentro de los patios y talleres.

En la medida que crezca la oferta de servicio y sea ésta integrada, cree que los internos tendrán más oportunidades para alcanzar no solo su libertad, sino le permita vivir en paz dentro de la sociedad.

Dice que una frustración que lleva presente, es haber visto pasar los años y que el programa CREO no haya crecido más y se haya estancado en su cobertura. “Es una oportunidad para los jóvenes que están recluidos y si no se interviene pueden consolidarse en una carrera delictiva, es una deuda que tiene la institución” agrega.

Manifiesta, que no podemos decir que nadie puede cambiar cuando no estamos haciendo lo suficiente para cambiar esas condiciones que propiciaron esa conducta delictiva.

Su larga experiencia se ha visto marcada con una frase escrita en las paredes del penal de Huacho “Afuera queda el delito, aquí está el hombre”. Explica que cuando más caído se encuentra una persona, mejor trato debe tener para que pueda levantarse, todos tienen la posibilidad de cambio, es una regla general para cualquier ser humano.

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