Page 18 - Informe Estadistico
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INSTITUTO NACIONAL PENITENCIARIO INFORME ESTADÍSTICO
UNIDAD DE ESTADÍSTICA MAYO - 2012
POBLACION PENAL SEGÚN RANGO DE EDADES
12,000
19.4%
17.4%
10,000
14.6% 14.4%
8,000
11.3%
6,000
11,084 8.6%
9,953
8,345 8,252
4,000
5.5%
6,475
4,947 3.3% 3.1%
2.4%
2,000
3,156
1,895 1,768
1,346
0
18 - 19 20 - 24 25 - 29 30 - 34 35 - 39 40 - 44 45 - 49 50 - 54 55 - 59 60 - más
Fuente: Unidades de Registro Penitenciario
Elaboración: INPE/Unidad de Estadística
2.2.- Población penitenciaria por edades según establecimientos penitenciarios
La composición etaria de los privados de libertad por EP permite visualizar de manera más
focalizada las características particulares del tratamiento en cada unidad, por ejemplo, ubicar penales
como Huancabamba, donde -por el momento- no se requeriría de programas especiales destinados a
adultos mayores en vista de su ausencia. En cambio, en el penal de Lurigancho se podría ampliar la
cobertura de programas piloto como CREO, pues a la fecha están recluidos 1,281 jóvenes con edades
entre los 18 y 24 años.
Resulta importante remarcar el valor que la educación tiene como parte decisiva del
tratamiento, especialmente para los internos jóvenes y primarios. La predominancia de la educación
técnica obedece a que concede al interno la ventaja de adiestrarse en un oficio/labor y generar un
beneficio económico al vender sus productos; este enfoque teórico-práctico resulta netamente útil a
corto y largo plazo, pues el interno logra cierta independencia económica en prisión (trasladable
incluso a su familia), además de aplicar lo aprendido cuando recupere su libertad.
Además, debe agregarse el factor geográfico al componente cronológico. Es así que la
actividad económica predominante en la zona debe ser tomada en cuenta para articular los
programas de formación productiva. No puede soslayarse que, a pesar de los esfuerzos del INPE en
brindar educación para el trabajo, los ex condenados encuentren barreras que impidan su inserción
en el mercado laboral; si se tratara de una persona mayor a 35 o 40 años, enfrentará más dificultades
aún. En ese sentido, no está de más hacer un llamado de colaboración entre los gobiernos regionales
y la administración penitenciaria, pues el éxito de la resocialización depende también de las
oportunidades que los ex privados de libertad puedan lograr, a fin de sustentarse económicamente y
a su familia.
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